Hasta hace relativamente poco tiempo, siempre me he aplicado el eyeliner con lápices, ya que me resultaba mucho más sencillo que hacerlo con un eyeliner líquido. Con los productos en líquido, o tienes muy buen pulso, o al final acabas agrandando la línea más de lo preciso para intentar igualar un ojo al otro y buff... terminas con los ojos como si te hubiesen dado sendos puñetazos. Con el lápiz, en cambio, podía hacer las líneas finitas, como a mi me gustan (nunca más gruesas que la línea de un boli y engordándola un poquito al final del ojo para rasgarlo). El problema, el lápiz termina borrándose con el paso de las horas o, al menos, se emborrona un poco.
Así delineaba mi ojo hasta que descubrí este producto, el Eyestudio Gel Eyeliner de Maybelline, que realmente es fantástico. La textura en gel y el píncel aplicador que trae consigo permite realizar una línea muy precisa sin necesidad de tener el pulso de un cirujano. Y lo mejor de todo, dura todo el día sin correrse y pigmenta mucho. Al ser gel, en lugar de líquido, se fija mucho mejor, y el pincel permite una aplicación muy precisa. Además, también puede utilizarse en el interior del ojo (la línea de agua), aguantando muchas horas sin moverse. Es perfecto para mi. Lo único que hecho en falta es que lo lancen en más colores, a parte del negro, para poder incluirlo en looks de día, con tonos marrones o morados, por ejemplo.
El precio, además, muy asequible, en torno a los 9 euros.
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