El local al que acudí ofrece múltiples tratamientos y es muy grande y acogedor. Nada más llegar me bajaron a una de las cabinas en la que habían colocado, sobre la camilla, un gran plástico, ya que el tratamiento requiere ser envuelta durante media hora para que los productos penetren perfectamente en la piel.
La chica comenzó explicándome en qué consistía el Baño de Luna, una exfoliación con sales del Mar del Norte y aceite de almendras. Tras su aplicación por todo el cuerpo, a la vez que me masajeaban, que duró cerca de cuarenta minutos (empezando boca abajo y terminando boca arriba), me envolvieron en el plástico y me dejaron media horita (llevaba unas noches complicadas con los niños, durmiendo poco, así que me quedé dormida casi todo el rato) para que los productos penetrasen bien en el cuerpo, y tapada luego con una toalla para que no cogiese frío (aunque eso es casi imposible, pues a los diez minutos el calor del plástico hace que empieces a sudar). Tras el tiempo de relax, llega la hora de retirar la sal, para lo que utilizan toallas mojadas en agua caliente. Poco a poco van retirando todo el producto, bañándote con las toallas calientes y dejando una sensación de frescor y limpieza estupenda. Pero lo mejor está todavía por llegar, para finalizar, un masaje, comenzando por las piernas y terminando por el cuello, con aceite de almendra que es, realmente, el mejor final que podía tener este fantástico Baño de Luna. Tras el masaje, me ofrecieron algo para beber y prepararme para volver a la realidad (un té, café, zumo...) con una amabilidad y profesionalidad dignas de alabar.
Y lo mejor, cómo queda la piel, realmente suave, lisa y con un olor fantástico, tras un tratamiento que normalmente dura 90 minutos pero que conmigo estuvieron cerca de dos horas. Su precio, 75 euros, es realmente económico teniendo en cuenta el gran tratamiento que realizan, con dos masajes -el de aplicación de las sales con aceite y el de aplicación del aceite al final- y, sobre todo, teniendo en cuenta el resultado final: la piel más suave que he tenido desde que era bebé.
Conclusión: Como ya os he comentado, creo que es fundamental preparar bien la piel para la llegada del buen tiempo y, si os lo podéis permitir, ésta es una de las mejores formas de conseguirlo. Apostar por una buena exfoliación e hidratación, como la realizada con el Baño de Luna de The Beauty Concept, y seguro que no os arrepentiréis.
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