Lo primero que llama la atención es el fantástico packaging, que oculta el pincel aplicador en el tapón, permitiendo así tenerlo siempre a mano y tapado en los momentos en los que no se utiliza, para que así no se estropee. Simplemente, hay que tirar de la parte de arriba del tapón, girarlo y meterlo de nuevo en el tapón, para usarlo. Entonces, desenrosca el bote para tener acceso al gel. El pincel es suave y fino, lo que posibilita una perfecta aplicación del eyeliner, consiguiendo líneas muy finas, si así lo deseas, o más gruesas si ése es tu gusto.
El gel es cremoso, lo que permite que se deslice suavemente por el párpado. Para un negro muy intenso, yo esperaba unos segundos a que se secase la primera aplicación para dar una segunda capa, dejando así un negro más profundo. Si no quieres un trazo tan marcado, bastará con aplicar una sola vez el producto, pero ya os digo que yo lo hago dos veces para que quede un trazo uniforme y oscuro, como a mi me gusta, y eso sí, muy fino al principio del ojo y un poco más grueso al final.
Según la marca, la fórmula del gel aguanta hasta 25 horas. Realmente, en mi caso, la duración es larga (cuando llego por las noches a desmaquillarme, todavía tengo eyeliner en el ojo), pero no está perfecto, igual que cuando lo apliqué, sino que se ha 'desgastado'. Lo que no he probado es su resistencia al agua, ya que, al ser waterproof, la marca asegura que puedes llorar, olvidarte del paraguas o sudar en la pista de baile sin miedo a que se corra el color. Además, está testado oftalmológicamente y es seguro para personas con ojos sensibles e incluso para usuarias de lentes de contacto.
Este producto está a la venta desde el mes de abril en un único tono, el negro. Ojalá pronto se decidan a lanzarlo en otros colores, porque realmente me ha parecido fantástico. Su precio es de 8,25 euros. Os dejo un swatch del producto para que veáis cómo queda.
La atractiva belleza británica Georgia May Jagger es la imagen del producto en el anuncio impreso, que os dejo a continuación.
Conclusión: Antes era asidua de los lápices para ojos por encima de los eyeliners en gel o líquidos, pero desde que descubrí el gel eyeliner de Maybelline, del que ya os hablé, cambié de parecer sobre estos productos, que se convirtieron en mis favoritos para hacer la línea del ojo. Éste de Rimmel London sigue la estela del lanzado por Maybelline meses antes, pero el gel es más suave que el anterior y además, es un acierto el incluir el pincel aplicador en el tapón, primero para que no se pierda en el neceser y, segundo, para protegerlo. Sin duda, una gran compra.
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